top of page

Roberto Baggio, el símbolo del fútbol italiano

  • Foto del escritor: JM Anguita Cuadra
    JM Anguita Cuadra
  • 30 jun 2019
  • 3 Min. de lectura

‘Il Divino Codino’, ‘Il Codino’, Roby Baggio, etc. Muchísimos apodos para una gran figura. Un emblema del futbol y de la liga italiana. Como dijo Francesco Toldo (2006): “Baggio ha sido el símbolo del fútbol italiano de los últimos veinte años”. Un estandarte del fútbol que ha dejado imágenes y recuerdos grabados en la historia del deporte rey. Por eso, en “Pibe de Oro”, hemos decidido rendirle honor contando su historia.


Trayectoria en clubes y selección

Un futbolista con una carrera envidiable, que pasó por los tres grandes de Italia: AC Milan, Juventus e Inter de Milán. A nivel colectivo, no consiguió grandes títulos: 2 Serie A, 1 Copa Italia y 1 Copa de la Uefa. Todos ellos, excepto 1 Serie A, los logró con el equipo ‘bianconero’ de Turín, el cual desde la llegada de Roberto volvió a ganar una liga 9 años después.


A nivel individual, el jugador procedente de Caldogno atesora nada más y nada menos que un Balón de Oro en 1993, militando en la Juventus. Entre otras cosas, también fue condecorado con el Trofeo Bravo (mejor jugador del fútbol europeo menor de 21 años) en 1990, y con el Balón de Plata en 1994.


En la selección italiana, disputó 56 partidos y marcó 27 goles. Además jugó tres Mundiales (1990, 1994 y 1998) en los que anotó 9 tantos. Y se quedó a las puertas de lograr el de 1994. Tras remontar ante Nigeria con dos tantos suyos de manera agónica en octavos, marcó otro gol a España para eliminarla en cuartos, y en semifinales anotó un doblete para eliminar a Bulgaria.


Pero la final iba a terminar de manera trágica para Baggio. Después del 0-0, se llegó a los penaltis. Y Roberto falló el decisivo para empatar el 3-2, dándole así el título de campeones del mundo a la Brasil de Parreira.


Fuente: Diario 'AS'

Baggio, el jugador

Decía Valdano que Roberto era un jugador de la gente y no de los entrenadores. El espectador era consciente de lo que estaba viendo. Y por ello, siempre se le apreció por donde pasó, pese a marcharse a clubes rivales. Un futbolista que no aparentaba ser competitivo, pero lo era. Y más que nadie.


Pero al margen de su carácter, analicemos lo que hacía sobre el césped. Sus mayores virtudes y sus pequeños defectos. ‘Il Divino’ revolucionó el fútbol italiano. En aquel entonces, apenas existía la figura del mediapunta. Pero era tal su movilidad sobre el campo que no podemos denominarlo como segundo delantero.


Caía a banda, buscaba remate en el área, bajaba a recibir el balón, etc. Una infinidad de movimientos que no dejaban claro de qué jugaba, pero sí lo bien que lo hacía. Tenía un control de balón exquisito, con el que se llegaba a zafar de rivales; una gran capacidad para desbordar, además de una gran visión de juego.


Era un jugador bastante completo. Y, por supuesto, no podemos olvidar su golpeo de balón, en especial sus tiros libres. Al alcance de muy pocos. Goles inverosímiles que parecían fáciles de hacer, desde posiciones alejadas y sin ángulo de tiro. Un mago del balón parado.


Fuente: acmilan.com

Roberto Baggio, la persona

La diferencia entre Roberto y la mayoría de futbolistas es que, aunque se marchara a equipos rivales y vecinos, nunca lo dejaron de querer allá donde estuvo. Es más, los aficionados tenían sentimiento de culpa por su marcha.


Podríamos acuñarle el término “one-league-man” a Roberto, porque fue jugador de una sola liga en sus 22 años de carrera, y rechazando ofertas de grandes clubes extranjeros. Además nos dejó momentos inolvidables en lo extradeportivo.


En su último partido con el Brescia en casa, ante la Lazio, anotó el último gol de su carrera, y en el 90’. Pero cuando el partido finalizó, el futbolista dio la vuelta al campo con una pancarta agradeciendo a la afición el apoyo brindado. Cabe destacar que el club lombardo retiró el dorsal 10 en honor a ‘Roby’.


Éste era Roberto Baggio, un jugador único e inolvidable. Los hubo y hay mejores, pero ninguno como él.


Fuente: Sportball.es

Comments


bottom of page